¿Merece la pena divorciarse?
Merecerá la pena divorciarse si en la balanza pesa más lo que separa nuestros proyectos de vida que los que los unen.
Sí que merecerá la pena divorciarse si es una necesidad fruto del asesoramiento y reflexión consciente y libre de su situación matrimonial.
Merecerá la pena divorciarse si lo necesita cualquiera de los esposos. Pero no una necesidad puntual fruto de cualquier discrepancia o dificultad familiar, sino como resultado de un proceso en el que se ha recapacitado en frio y sin precipitación sobre la posibilidad o convalecencia de divorciarse o mantener el vínculo matrimonial.
Habrá matrimonios a los que les merecerá la pena divorciarse y por tanto no se tratará de un capricho, sino de una necesidad por lo que convendrá tramitar el divorcio a tiempo para evitar que la posible confrontación pueda crecer exponencialmente y acabar en disputas familias que deben de tratarse de evitar.
No merecerá la pena si la inquietud que hace que estemos pensando en la posibilidad de divorciarse no se deriva de una necesidad real, sino de un impulso temporal provocado por un motivo concreto. Si toma la decisión después de una disputa, en caliente, puede precipitarse, por ello, en estos casos no merecerá la pena.

Desde nuestra experiencia después de años tramitando divorcios en Getafe. Si usted está pensando en divorciarse, es que algo no anda bien. Ninguna relación personal está exenta de dificultades, pero estará en su poder la decisión de continuar o terminar la relación, pues no es sólo una decisión teórica, sino que tiene aplicación práctica y consecuencias.
No debe de posicionarse a si mismo en la disyuntiva de si merece la pena optar por el divorcio como si fuera un espectador. Es uno de los protagonistas y es por ello que deberá de fomentar la comunicación y tratar de favorecer la mejora de la relación que permita mantener el matrimonio, o en último término optar el divorcio potenciando su tramitación amistosa.
Depende de tantas cosas que no es justo que se compare con las relaciones de su entorno, no debe de quedarse con lo bueno o malo de un momento puntual, sino analizar toda la relación en su conjunto y a ser posible, de manera positiva y constructiva.